miércoles, 17 de abril de 2013

RFID



RFID o Radio frecuencia

RFID es el acrónimo de Radio Frequency Identification por sus siglas en
inglés, o Identificación por Radio Frecuencia. Pertenece a una amplia gama de
tecnologías para adquisición de datos e identificación automática (AIDC) en la
que también se incluyen los códigos de barras, la lectura de caracteres ópticos y
los sistemas infrarrojos de identificación.

Se trata de una tecnología basada en la utilización de un pequeño chip adherido a
un producto, y a través del cual es posible mantener un rastreo de su localización.
La distancia de rastreo varía mucho, dependiendo del tamaño, tipo y antena
del chip, pero podría ser desde 2cm. a 13 metros en los sencillos, hasta incluso
varios kilómetros en los más complejos.

Son realmente pequeños y tal y como van los avances, en poco tiempo podrían
ser considerados virtualmente invisibles.

Funcionamiento básico.

Para que la tecnología RFID funcione, son necesarios tres elementos básicos:
una etiqueta electrónica o tag, un lector de tags y una base de datos. Las
etiquetas electrónicas llevan un microchip incorporado que almacena el código
único identificativo del producto al que están
adheridas.

 El lector envía una serie de ondas de
radiofrecuencia al tag, que éste capta a través de 
una pequeña antena. Estas ondas activan el
microchip, que, mediante la micro antena y la
radiofrecuencia, transmite al lector cual es el
código único del artículo.

En definitiva, un equipo
lector envía una señal de interrogación a un conjunto de productos y estos
responden enviando cada uno su número único de identificación. Por este
motivo, se dice que la tecnología RFID es una tecnología de auto-identificación.

¿Dónde se aplica?

Son muchos los sectores industriales que pueden beneficiarse de las ventajas de la tecnología RFID.

Algunas de sus aplicaciones son las siguientes:

• Control de calidad, producción y distribución.
• Localización y seguimiento de objetos.
• Control de accesos.
• Identificación de materiales.
• Control de fechas de caducidad.
• Detección de falsificaciones.
• Almacenaje de datos.
• Automatización de los procesos de fabricación.
• Información al consumidor.
• Reducción de tiempo y coste de fabricación.

• Reducción de colas a la hora de pasar por caja.
• Identificación y localización de animales perdidos.
• Elaboración de censos de animales.
• Identificación y control de equipajes en los aeropuertos.
• Inventario automático.
• Entre muchas otras aplicaciones más.




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